En este número vivimos uno de los episodios más importantes de la historia de España y de las Guerras Napoleónicas. La monarquía borbónica y sus problemas internos fueron aprovechados por Napoleón, quien en aparente amistad conseguía el beneplácito para entrar en territorio español. Pero la promesa de un simple paso hacia Portugal se complicó con el acantonamiento de algunas tropas en territorios de España. La Guerra de la Independencia en 1812 marcó uno de los hitos más sonados del pueblo español a través de las guerrillas, las ayudas civiles y una mala estrategia del mando napoleónico. Al tiempo se producía un cambio en la política española que conllevaba una guerra dentro de la guerra entre los afrancesados y los patriotas. Recorremos con ánimo estas páginas que valieron una herida mortal a la hegemonía política y militar de Napoleón en Centroeuropa.
1812. El año decisivo por Julio Albi de la Cuesta (RAH)
Para poder entender los acontecimientos que se desarrollarán en Guerra de la Independencia en 1812 en España, primero hay que zambullirse en su contexto estratégico global, ya que la invasión napoleónica de Rusia condicionará de manera determinante las estrategias aliadas y francesa en la Península.
Organización, tácticas y experiencia en combate del Ejército español por Arsenio García Fuertes
Todavía hoy el Ejército español sigue siendo uno de los grandes olvidados de la historia de las guerras napoleónicas, ignorándose que si los 60.000 soldados británicos y portugueses del duque de Wellington consiguieron mantenerse en la Península durante cinco años, frente a unas fuerzas imperiales que contaron con efectivos de entre 200.000 a 300.000 hombres, fue debido a la existencia de hasta siete pequeños ejércitos españoles que, con unos efectivos de entre los 100.000 a 150.000 hombres, combatieron, muchas veces en solitario, contra las fuerzas del emperador.
Del mito a la Historia. Las perfidias de Albión en la Península (1808-1814) por Alicia Laspra Rodríguez (UniOvi)
La intervención británica en la Península Ibérica durante la Guerra de la Independencia en 1812, identificada en gran medida con la actuación de Wellington, ocupa en el imaginario popular español un lugar menguado, ingrato e incluso injusto, comparado con el mucho más benévolo y hasta frívolo que se otorga a Napoleón, a José I y al ejército invasor. Diferencias culturales y una combinación paradójica de anglofobia y admiración por el Reino Unido impiden valorar con rigor histórico su papel liberador.
El sitio de Badajoz por José Sánchez Arcilla (UCM)
Durante las guerras napoleónicas, los sitios a ciudades fortificadas ocuparon un plano secundario. Sin embargo, la Guerra de la Independencia en 1812 supuso, una vez más, una importante excepción y el de Badajoz fue sin duda uno de los más cruentos, con consecuencias funestas para la población civil
Dionisio Álvarez Cueto. Una vida dedicada a la pintura por Arsenio García Fuertes y Manuel Olano
No podíamos dejar pasar la ocasión de rendir un sentido homenaje a la figura del gran artista Dionisio A. Cueto, que vinculó de forma indisoluble su arte con la Guerra de la Independencia.
La 1.ª batalla de Castalla, 21 de Julio de 1812 por José Luis Arcón
A principios de 1812, la mayor parte del reino de Valencia estaba en poder de los imperiales. La victoria in extremis del mariscal Suchet en Sagunto, seguida de su rotundo triunfo a orillas del Turia en diciembre de 1811, habían allanado el camino a esa conquista… aunque demasiado tarde para llevar a término la ambiciosa misión confiada por Napoleón al mejor de sus mariscales en España: la toma de Alicante y Cartagena, últimos baluartes insurgentes en el litoral mediterráneo. La contraofensiva española iniciada desde Murcia, de forma coordinada con el avance británico sobre Salamanca, desembocará en la batalla de Castalla.
El soldado napoleónico por Antonio Osende Barallobre
Lejos de las fastuosas paradas militares o la gloria de la batalla, la vida rutinaria en insalubres campamentos, las carencias alimenticias, la escasez de ropas y calzado de repuesto, una higiene incierta y una sanidad cuando menos precaria marcaban el denominador común de la vida del soldado.
La guerrilla por Antonio Carrasco Álvarez
La historia de la guerrilla está construida con silencios. La evidencia ha sido proporcionada por el poder. Patriotas o josefinos, franceses o españoles, para las elites gobernantes los guerrilleros no fueron personas reales sino construcciones ideológicas. La voz de los partisanos ha sido cuidadosamente purgada del registro histórico. Los recuerdos de la guerrilla fueron elaborados desde y por las elites dominantes. Incluso las pocas memorias de antiguos partisanos que han sobrevivido hasta el presente son versiones manipuladas por el poder.
La Batalla de Salamanca, 22 de julio de 1812 por Miguel Ángel Martín Mas
En la mañana del 22 de julio los ejércitos francés y aliado reanudaron su marcha en paralelo hacia el sur bajo un sol abrasador que las tropas y los miles de civiles que las seguían agradecieron tras el frío y la humedad que habían sufrido la noche anterior. Los ejércitos marchaban por un terreno llano, ondulante, sin accidentes geográficos dignos de mención salvo dos colinas de cima plana, una situada al noreste de la población de Arapiles, conocida como el Arapil Chico, y la otra situada a unos 300 metros al sur de la anterior, conocida como el Arapil Grande. Estaba a punto de estallar una de las batallas más decisivas de la Guerra de la Independencia.
Denis-Charles Parquin. Un chasseur à cheval en la batalla de Salamanca por Francisco Gracia Alonso (UB)
Húsares y cazadores a caballo constituían la caballería ligera del ejército napoleónico. Con fama de osados, valientes, pendencieros, juerguistas y rompecorazones, como los describió Joseph Conrad en su obra Los duelistas, bajo el mando de Lasalle, Piré, Auguste Colbert o Fournier-Sarlovèze llevaron a cabo algunas de las hazañas más espectaculares de las guerras del Imperio. Uno de ellos, Denis-Charles Parquin, reflejó en sus memorias el rico anecdotario de la vida y el servicio de estos jinetes de epopeya.
España, una sociedad fracturada por José Cepeda Gómez (UCM)
Afrancesados, constitucionalistas, absolutistas. La invasión francesa supondrá mucho más que una guerra para España, ya que tendrá un componente añadido de contienda civil y sembrará el germen de la discordia que enfrentará a los españoles entre sí durante el amargo siglo XIX.