Atapuerca

Arqueología e Historia

n.º 45
Octubre 2022
Atapuerca
7,50€IVA incluido

Hace poco más de ciento veinte años se abrió en la sierra de Atapuerca una trinchera destinada a abrir paso a una línea de ferrocarril de vía estrecha que pretendía transportar el hierro de las minas de la sierra de la Demanda hasta la estación de Villafría. La dinamita se llevó por delante un registro paleoarqueológico único, y algunos datos sin duda preciosos se perdieron para siempre, pero las obras dejaron al descubierto los niveles sedimentarios de algunas cavidades que habían sido ocupadas por seres humanos desde hacía cientos de miles de años, dejando expuesto un complejo registro que abarcaba cerca de 1,4 millones de años. Los yacimientos de la trinchera son solo algunos de los muchos que conforman el gran complejo arqueológico la sierra de Atapuerca. Tras más de cuarenta años de excavaciones continuadas y una sucesión de hallazgos de enorme trascendencia para el conocimiento de nuestro pasado –los fósiles humanos más antiguos de Europa, la mayor concentración de fósiles homininos del Pleistoceno medio hasta ahora conocida, los primeros testimonios del canibalismo prehistórico, la caza comunal, el origen del lenguaje complejo, y un largo etcétera–, resulta casi imposible hablar de la Prehistoria sin mencionar Atapuerca. Aquí parece que las sorpresas nunca terminan, y los descubrimientos de la mayor relevancia nos asaltan campaña tras campaña de excavaciones, obligándonos a interpretar, repensar y replantear hipótesis sobre nuestro pasado constantemente.

Atapuerca. Historia y futuro por Eudald Carbonell i Roura (Universitat Rovira i Virgili / IPHES)

Atapuerca. Historia y futuro por Eudald Carbonell i Roura (Universitat Rovira i Virgili / IPHES)

Una larga historia de trabajos de excavación, de descubrimientos, de publicaciones, de comunicación, de ciencia, de socialización, de un equipo interdisciplinar, de construcción de infraestructuras, de investigación y de conocimientos. Esto resume el trabajo del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) a lo largo de más de cuarenta años. La sierra de Atapuerca ha aportado significativos descubrimientos: las primeras pruebas de canibalismo, los homininos más antiguos de Europa occidental, la primera muestra probable de ritual funerario, el origen del lenguaje, la violencia intraespecífica, la caza comunal, pruebas de compasión antiguas en nuestro género, el primer ADN mitocondrial y nuclear de homininos del Pleistoceno, el primer proteoma conocido de la humanidad, entre otros muchos otros descubrimientos. En este artículo se desgrana, de forma secuencial y destacando lo más significativo, la evolución del Proyecto Atapuerca.

Los homininos de Atapuerca. Caracterización y genética por Carlos Lorenzo (Universitat Rovira i Virgili / IPHES)

Los homininos de Atapuerca. Caracterización y genética por Carlos Lorenzo (Universitat Rovira i Virgili / IPHES)

Sin lugar a dudas, uno de los motivos de que la sierra de Atapuerca sea importante se debe a los fósiles humanos que se han recuperado en sus distintos yacimientos. Se ha encontrado una abundancia sin precedentes de estos fósiles, en yacimientos de cronologías y contextos diferentes que nos aportan información sobre quienes vivieron durante más de un millón de años en esta región. Este artículo se centra en los fósiles de tres yacimientos que se presentan por orden cronológico, desde el más antiguo al más moderno: la Sima del Elefante, la Gran Dolina y la Sima de los Huesos. Estos tres yacimientos del Pleistoceno han convertido a la sierra de Atapuerca en un lugar de referencia obligado para el estudio de la evolución humana.

Un entorno cambiante. La ecología de los homininos por Ethel Allué (IPHES)

Un entorno cambiante. La ecología de los homininos por Ethel Allué (IPHES)

La sierra de Atapuerca es conocida por las numerosas secuencias arqueopaleontológicas que preservan el registro de ocupaciones humanas a lo largo de un periodo cronológico que abarca entre aproximadamente 1 300 000 y 3000 años antes del presente. A lo largo de este largo periodo los cambios climáticos y ambientales acompañan a una serie de modificaciones en el paisaje relacionadas con la presencia y ausencia de una gran diversidad de plantas y animales. Este conjunto de especies vegetales y animales forma un ecosistema que nos revela interesantes aspectos sobre las relaciones de los homininos con su entorno. A partir de las evidencias recuperadas a lo largo de cuarenta años de excavaciones, exploramos desde los cambios climáticos globales a las variaciones ambientales más locales que caracterizan los ecosistemas en los que habitaron los diferentes homininos de la sierra de Atapuerca.

El comportamiento social de los homininos por Marina Mosquera Martínez (UCM)

El comportamiento social de los homininos por Marina Mosquera Martínez (UCM)

A lo largo de la historia, la sierra de Atapuerca ha sido testigo del paso de familias nucleares y el asentamiento de bandas. En el transcurso de 1 400 000 años, la vida y la muerte se muestran en este territorio de formas muy distintas, y a partir de estas podemos obtener algunos indicios fundamentales sobre las formas en que los homininos se comportaban en sociedad. El conocimiento sobre cómo se organizaban socialmente las poblaciones cazadoras-recolectoras de la prehistoria es especialmente esquivo a la investigación, no tanto por la antigüedad de los “hechos” –que también–, sino sobre todo por otros factores básicos. El comportamiento, en sí, no fosiliza, por lo que no puede preservarse enterrado entre los sedimentos de un yacimiento. Lo que sí puede conservarse son los productos de dicho comportamiento, restos de huesos, piedras y otros materiales no perecederos que pueden informarnos de cómo se organizaron los homininos en su día a día. En este sentido, este artículo, a partir de lo que se ha recuperado de los yacimientos de la sierra de Atapuerca abre una ventana privilegiada para poder vislumbrar bastantes elementos del comportamiento de humano durante 1 400 000 años.

La fauna de Atapuerca y su relación cinegética por Palmira Saladié Ballesté (IPHES / URV)

La fauna de Atapuerca y su relación cinegética por Palmira Saladié Ballesté (IPHES / URV)

Desde los albores de la humanidad hasta hace escasos 10 000 años, su única fuente de alimentos ha sido lo que la naturaleza ofrecía en los diferentes biotopos del planeta. Durante la mayor parte de nuestro proceso evolutivo, y ante la carencia de la domesticación de los vegetales y animales, no se producían alimentos, no se podía alterar ni controlar su ciclo vital. Pero los humanos alcanzaron otras habilidades que les permitieron prosperar en casi cualquier medio ambiente. Definidos como omnívoros culturales, los humanos modernos disfrutamos del espectro alimentario más amplio del reino animal. Podemos sobrevivir en perfecto estado de salud a partir de dietas basadas en proteínas animales o de otras centradas en pocas especies de vegetales. Eso sí, siempre que la relación entre la ganancia y coste energéticos sea equilibrada. Entre los dos extremos existe un gran número de permutaciones dietéticas posibles a las que nos hemos adaptado. Este texto analiza esta expansión en la dieta, que empezó hace por lo menos 2,5 millones de años, observando cómo esto contribuyó a nuestra hominización y, sin ningún lugar a dudas, a nuestra humanización.

Un mundo en miniaturas. Evolución y cambios en la microfauna por Juan Manuel López-García (IPHES)

Un mundo en miniaturas. Evolución y cambios en la microfauna por Juan Manuel López-García (IPHES)

La recuperación de los restos de pequeños vertebrados fósiles de la sierra de Atapuerca durante las campañas de excavación de campo es un trabajo que se lleva realizando desde hace más de treinta años. Para ello se precisa un trabajo laborioso y minucioso, que requiere la aplicación de técnicas de recuperación propias y específicas de lavado y tamizado de sedimento. Durante una campaña es recurrente procesar y lavar alrededor de veintiséis toneladas de sedimento. En esta investigación se evidencia cómo a pesar del gran esfuerzo que conllevan las campañas de excavación, una vez recuperada la microfauna depositada en estos sedimentos, se produce una gran cantidad de satisfacciones científicas. Por ejemplo, con el estudio taxonómico (identificación de las especies) podemos precisar la edad relativa de los yacimientos, restituir condiciones ambientales y climáticas y discutir cómo podrían haber vivido nuestros ancestros en la sierra de Atapuerca en relación con el medioambiente.

Tecnología y evolución de las herramientas en Atapuerca por Paula García Medrano (IPHES)

Tecnología y evolución de las herramientas en Atapuerca por Paula García Medrano (IPHES)

Los homínidos dependemos de la tecnología para estar y poder avanzar, tanto hoy en día como en el pasado. De hecho, la evolución biológica se ha acompañado de importantes cambios tecnológicos que nos han traído hasta aquí. Atapuerca es uno de los enclaves prehistóricos de mayor y más variada riqueza en el continente europeo. Este territorio fue el nicho ecológico elegido por los homínidos como refugio y lugar de hábitat a lo largo de más de un millón de años. Sus más de una decena de yacimientos arqueológicos conocidos –tanto en cueva como al aire libre–, sus largas secuencias arqueoestratigráficas –1,4 millones de años –, la abundancia de restos –tanto humanos como de fauna y de tecnología–, así como la complementariedad de sus asentamientos, han hecho de Atapuerca un lugar clave para entender la evolución humana y, por ende, de la tecnología y sus avances. Esta investigación repasa las herramientas de piedra recuperadas en algunos de los yacimientos de Atapuerca, con el fin de ayudar a entender cómo el paso del tiempo ha ido afianzando gestos, haciendo más complejos los procesos para finalmente convertirlos en más flexibles y mejor adaptados a cada objetivo final, desde el más básico Olduvayense hasta el ya algo más complejo Musteriense.

Asentamientos al aire libre de la sierra de Atapuerca por Marta Navazo Ruiz (Universidad de Burgos)

Asentamientos al aire libre de la sierra de Atapuerca por Marta Navazo Ruiz (Universidad de Burgos)

La sierra de Atapuerca alberga en sus cavidades centenares de herramientas líticas, de restos de fauna y humanos, repartidos en diferentes niveles estratigráficos resultado del relleno de las cuevas desde hace 1,5 millones de años. Los investigadores tratan de reconstruir las escenas que en estos suelos de ocupación tuvieron lugar a lo largo de toda la prehistoria. Este gran impacto antrópico documentado en las cavidades animó al Equipo de Investigación a rastrear las huellas de los grupos prehistóricos alrededor de estas. El objetivo era conocer cómo vivían los grupos que durante el Pleistoceno y Holoceno ocupaban la sierra. ¿Cómo organizaban el espacio en el que vivían? ¿En qué lugares realizaban sus actividades cotidianas? ¿Cuáles eran sus desplazamientos diarios para recoger materia prima, leña o agua? Este trabajo ha diseñado una metodología novedosa en la que las unidades de análisis son dos: el territorio y el artefacto. El estudio se enfoca desde una visión distribucional donde el registro arqueológico se entiende como la suma de concentraciones de material, dispersiones y vacíos que se interpretan como los movimientos de un grupo dentro de un espacio. Cada sitio arqueológico es o puede ser un palimpsesto que refleja un uso repetitivo de los mismos lugares dentro de nuestro espacio de estudio.

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