Operación Market Garden José María Irala

Escenografía de la Operación Market Garden para el Fighting Basques Project. © José Pablo Pérez Gutiérrez, Alma & You

La publicación en 2018 del libro Combatientes vascos en la Segunda Guerra Mundial en la editorial Desperta Ferro dejó inconclusas por nuestra parte algunas escenografías que estaban planificadas, pero que no se hicieron por falta de tiempo y de medios, o si se hicieron no llegaron a la edición. Señalemos, para los que no lo conocen, que el Fighting Basques Project es un proyecto de memoria de la Asociación Sancho de Beurko que, aunando recreación histórica y fotografía, pretende componer escenas del pasado para trasladarlas a la sociedad de un modo creíble. Nosotros vemos la recreación como un elemento de cultura y no como un fin en sí mismo, es decir, un medio para completar, a través de las imágenes, trabajos de investigación basados fundamentalmente en la historia familiar y visibilizar a una generación, la que nació en el periodo de entreguerras, un tiempo en que la vieja Europa se convirtió en el campo de batalla de todas las ideologías. Una cuestión que entraría de lleno en el ámbito de la memoria, si bien creemos que es más importante que las representaciones sean fieles a los hechos históricos, lo que nos alejaría de cierto reduccionismo que se asentado en el mundo académico, que ve la recreación histórica únicamente como una suerte de performance cultural con fines “turísticos, de ocio y educativos”.1 Más allá de simplezas interesadas, el fenómeno es mucho más complejo y nosotros creemos que hay campo para avanzar con una propuesta seria y rigurosa que incluso podría pasar de la memoria a la arqueología experimental, disciplina que hasta ahora parecía constreñida a la época antigua, pero no adelantemos acontecimientos.

En un principio, el proyecto, nacido en 2015, se ceñía al período 1939-1945 y al bando aliado, pero como nuestro grupo de recreación es pionero en representar la Guerra Civil española en el ámbito vasco se ha decidido ampliarlo hasta 1936. Dentro del mismo, se han recreado también alemanes, italianos y japoneses únicamente como soporte para las escenografías, privadas en la mayoría de los casos, pues como asociación no tomamos parte en representaciones ni recreaciones públicas en aras a preservar nuestra libertad creativa, nunca por una cuestión discriminatoria. De este modo, intentamos generar alrededor de nuestros amigos y/o colaboradores un entorno discreto para poder trabajar con tranquilidad, siendo nuestros referentes los grupos que trabajan de modo avanzado el concepto del living history privado, como el 6th Battalion Durham Light Infantry, Northwest Paratroopers y British Corps, entre otros con los que venimos colaborando. El resultado son las sesiones de fotografías que hemos ido publicando los dos últimos años en diversos medios. Como sea que siempre hemos contado con la ayuda de nuestros amigos de Desperta Ferro en nuestros proyectos, nos hemos comprometido a redactar una serie de artículos con todo este material gráfico para apoyar el loable esfuerzo editorial que están realizando de cara a publicar información que permita que la gente pueda consumir cultura en sus casas y atemperar los efectos de esta pandemia del coronavirus, cosa que nosotros les agradecemos enormemente.

sección de José María Irala en Inglaterra

La sección de José María Irala en Inglaterra en julio de 1944. Fuente: https://www.paradata.org.uk/media/9286

La escenografía en homenaje a José María Irala Vara, uno de los dos niños de la guerra vascos que combatieron con los paracaidistas británicos en 1944 –el otro fue Lucio Sauquillo Echevarría–, se hizo por fin el 23 de abril de 2018, cuando ya se había entregado a Desperta Ferro el libro, y eso que su biografía, absolutamente desconocida hasta entonces, era una de las tratadas en el texto, pero no llegó a tiempo para la edición. Nacido en Bilbao en 1923 y domiciliado en la localidad vizcaína de Getxo, fue evacuado junto a su hermano Rafael a Inglaterra en 1937, y más tarde no fue reclamado por sus padres, que se habían exiliado en Bayona y querían evitar a los hijos el drama de la contienda civil, y para cuando estos regresaron a España ya había comenzado la guerra en Europa, por lo que los muchachos se quedaron allí. José María vivió por un tiempo en casa de la señora Woodbine, en el n.º 24 de Meadow Road en Dudley, muy cerca de Birmigham, donde se incorporó al Ejército británico el 6 de abril de 1943. Su ficha militar le describe como un joven de 1,65 m de altura y 57 kg que, tras un breve paso por uno de los regimientos del Royal Armoured Corps (RAC, arma acorazada del ejército), fue transferido al 1.er Escuadrón de Reconocimiento Aerotransportado del comandante C. F. H. “Freddy” Gough con base en Ruskington (Lincolnshire) el 3 de febrero de 1944.2 Un escuadrón único en su género en todo el Ejército británico en palabras de Cornelius Ryan,3 que sería empleado sobre jeeps y motocicletas agregado a la 1.ª División Aerotransportada en la Operación Market Garden.

La Operación Market Garden

Con este ambicioso plan del mariscal Montgomery se esperaba tomar una serie de puentes en Holanda sobre los ríos Mosa, Waal y Rin con fuerzas aerotransportadas norteamericanas, británicas y polacas y esperar a la llegada de las columnas blindadas propias para luego lanzar una ofensiva en la que se viese seriamente comprometido el Decimoquinto Ejército alemán, provocando un rápido final de la guerra a finales de 1944 al atravesar la cuenca del Ruhr y finalmente llegar a Berlín. A los paracaidistas británicos les correspondería tomar y asegurar el puente de Arnhem, en la orilla del Rin, el más lejano de todos ellos. Se trataba de la mayor operación aerotransportada de toda la Segunda Guerra Mundial. Todos los miembros del escuadrón, incluido José María Irala, obtuvieron su capacitación como paracaidistas en la base aérea de Ringway.

José María Irala

Retrato de José María Irala. Fuente: https://www.paradata.org.uk/media/9286

Entre las 12.40 y las 14.30 h del 17 de septiembre de 1944 los hombres de Gough saltaron en paracaídas en la zona de lanzamiento y después se montaron en sus jeeps, aunque tuvieron que arreglarse con algo menos de tres cuartas partes de sus vehículos, avanzando a toda velocidad hacia la vecina Oosterbeek y fiando su fortuna a la potencia de fuego de sus ametralladoras Vickers K y cañones Polsten de 20 mm remolcados con el objetivo de llegar hasta el puente de Arnhem antes que la infantería. Pero pronto se puso en evidencia la falta de blindaje de aquellos vehículos ligeros –circunstancia que intentaban paliar colocando las ruedas de repuesto por delante de los radiadores para ofrecer algo de protección–, ya que los jeeps de vanguardia cayeron en una emboscada tejida por vehículos blindados alemanes. La inteligencia aliada había cometido el grave error de no detectar la presencia de dos divisiones Panzer de las SS, si bien estaban bastante alejadas de las zonas de lanzamiento.4 Finalmente, los hombres de Gough no pudieron avanzar hacia Arnhem en vanguardia, cosa que sí hicieron los paracaidistas del 2.º Batallón del teniente coronel Frost, que fueron los primeros en llegar al puente que daría nombre a la extraordinaria película coral de Richard Attenborough.

A partir de entonces los vehículos del escuadrón multiplicaron sus esfuerzos para mantener la comunicación entre Arnhem y Oosterbeek, donde montaría su puesto de mando el general Urquhart, jefe de la 1.ª División Aerotransportada, pero estas salidas se fueron haciendo cada vez más desesperadas y el día 19 de septiembre Frost propuso romper el cerco con dos jeeps y un fusil ametrallador Bren para abrir un pasillo que permitiese la llegada de los paracaidistas polacos, que aún estaban en Inglaterra debido al mal tiempo. Pero todo fue en vano y todos los intentos de rescatar a los hombres atrapados en Arnhem fracasaron ante la presión de las tropas alemanas, desatándose un combate casa por casa que duró hasta el día siguiente. El 20 de septiembre los blindados de las SS consiguieron al fin abrirse paso hasta el puente de Arnhem, sellando el destino de Frost y los suyos. Al parecer, ese fue el día en que falleció José María Irala. Su sección esperaba órdenes del mando en el Hotel Hartesteim de Oosterbeek cuando un obús autopropulsado alemán entró en el dispositivo británico y en el momento en que los hombres se abalanzaron sobre los jeeps el joven vasco cayó mortalmente herido por el fuego de ametralladora. Lo cuenta su camarada John Marshall:

«A la señal saltamos simultáneamente sobre los vehículos y el escuadrón se movió a toda velocidad. Un violento fuego de ametralladora procedente del blindado acribilló al último jeep. El jeep ya había comenzado a moverse, pero el paracaidista Joe Irala, que estaba saltando en ese momento, fue alcanzado. John Marshall recuerda cómo le sacaron de abordo, él se quejaba de haber sido alcanzado en una pierna, pero era obvio que las otras heridas eran mucho más serias. “Cuando vi lo que le había ocurrido –dijo Marshall– corrí derecho al puesto de primeros auxilios en Hartesteim. Nos dispararon todo el camino, pero yo no presté atención. Cuando llegamos Joe ya estaba inconsciente”.

De hecho, Irala, el muchacho que había venido de España a luchar por los británicos, había sido alcanzado por un proyectil de ametralladora en el estómago y murió 30 minutos más tarde. Para Marshall fue un episodio especialmente trágico pues había una gran amistad entre ambos hombres que trascendió las diferencias de rango. “Continuo recordándole aún hoy –dijo Marshall– como un maravilloso soldado, muy inteligente, inmensamente valiente y con una cualidad que el inglés medio no tiene, por su gran lealtad personal”.5

tumba de José María Irala cementerio de guerra de la Commonwealth de Arnhem/Oosterbeek

La tumba de José María Irala en el cementerio de guerra de la Commonwealth de Arnhem/Oosterbeek. © The War Graves Photographic Project

Market Garden fracasó y el cerco de Oosterbeek resistió tenazmente hasta la noche del 26 de septiembre, cuando solo 2163 hombres de los 10 000 que formaban la 1.ª División Aerotransportada consiguieron cruzar el río Rin hacia la otra orilla, donde les esperaban los paracaidistas polacos de Sosabowski. El resto fueron hechos prisioneros o yacían muertos. El cuerpo de Irala fue encontrado en los jardines del hospital de Santa Isabel en Arnhem y está enterrado en el cementerio de guerra de la Commonwealth de Arnhem/Oosterbeek (Holanda). En 2017 contactamos con Steve y Sandra Rogers, coordinadores del The War Grave Photographic Project, para pedirles una fotografía de su lápida para incluirla en nuestro proyecto de memoria y conocer dónde se encuentra de cara a rendir un homenaje a su memoria en cuanto nos sea posible.

La recreación histórica

Esa es la historia; en cuanto a la escenografía, nos llevó todo el año 2017 y parte del 2018 reunir los materiales necesarios para trasladarnos virtualmente a Holanda en septiembre de 1944 durante la Operación Market Garden. Con la premisa de trabajar en un entorno controlado y ajustado al medio urbano de las poblaciones holandesas de Arnhem y Oosterbeek, nos decantamos por esta última, ya que había algunas grabaciones amateurs que recogían la llegada de los jeeps del escuadrón de Irala siendo recibidos como libertadores por la población local, que se muestra cálida y efusiva. Una de estas grabaciones es la del dentista Clous, que muestra jeeps, motocicletas, paracaidistas avanzando en pequeños grupos, miembros de la resistencia, niños agitando banderitas holandesas, etc.

Pensamos en una casa que se pareciera a las de los Países Bajos y se nos ocurrió Villa Urrutia, que desde 1974 es la casa consistorial de Güeñes (Vizcaya), para lo que pedimos permiso al Ayuntamiento de la localidad encartada, que no nos puso ningún problema, y se convirtió en nuestro primer escenario de los dos que usamos. Un bonito y colorido chalé de indianos con vistosos elementos modernistas que presenta una espectacular escalera que da a una calle, apartada de la carretera general, con una acera propicia en la que situar a tres civiles: un hombre y dos mujeres para recibir entre aclamaciones a los paracaidistas que avanzaban por Oosterbeek la tarde del 17 de septiembre de 1944, cuando aún se albergaba la esperanza de una victoria. La acera permitía colocar un elemento de época muy potente para el escenario que se proponía: un mojón de carretera con la indicación de que Arnhem estaba a 4 km. Además, en la pared se pusieron algunas reproducciones de carteles holandeses de la época del final de la ocupación de la Alemania nazi. Estos materiales, elaborados tras un proceso de búsqueda de documentación, dotaron al escenario de credibilidad sin apenas modificar nada y consiguieron la ambientación adecuada. En este sentido, además de la película casera de Clous, la escena de Un puente lejano en la que el doctor Jan Spaander (interpretado por Laurence Olivier) llega a casa de la señora Kate Ter Horst (Liv Ullmann) acompañado por un oficial médico británico (Richard Kane) sirvió de inspiración para alguna de las fotografías que ilustran este artículo.

Operación Market Garden recreación histórica

Escenografía de la Operación Market Garden para el Fighting Basques Project. © José Pablo Pérez Gutiérrez, Alma & You

El segundo escenario requería representar el cerco final de Oosterbeek, cuando los paracaidistas se atrincheraron a la espera de unos refuerzos que no llegaron nunca, y se aprovechó el exterior de la ermita de Santiago (Galdames, Vizcaya), que se encontraba cerca de Güeñes, lo que permitía desplazar todo el equipo de producción y a los recreadores en un tiempo razonable, abaratando los gastos. Salvo colocar un paracaídas en las ruinas anexas a la ermita y un vallado de madera no hizo falta modificar nada para conseguir una buena ambientación.

Mención aparte merece la cuestión del jeep. Los “paras” británicos usaron en sus jeeps un esquema de camuflaje muy peculiar llamado Mickey Mouse –lo que no quiere decir que todos los vehículos que tomaron parte en Market Garden fuesen pintados de este modo, ni mucho menos–, pero esta elección requería añadir al color verde oliva (olive drab) con el que venían pintados de fábrica grandes círculos de color negro que se asemejaban a las orejas del ratón Mickey, de ahí el nombre. Para la escenografía dispusimos de un Jeep Willys MB Hotchkiss cedido amablemente por nuestro socio y recreador Eder Artal que tenía tres tonos de pintura siguiendo el esquema de camuflaje francés: verde, negro y marrón. Así pues, se hacía necesario eliminar las manchas marrones, lo que se consiguió cubriendo el vehículo con redes, dejando a la vista los tonos verdes y negros. Para completar la ambientación se le dotó de una maqueta de madera de la ametralladora Vickers K en el puesto del copiloto, una rueda de repuesto por delante del radiador y diversos elementos de atrezzo, como chapas con el numeral y emblemas de la aerotransportada en el parachoques delantero y rueda, mochilas de comando, cajas de munición, pico, pala, cuerdas, etc. Además, la Asociación Sancho de Beurko hizo un esfuerzo extra para conseguir una radio británica original de la Segunda Guerra Mundial WS 19 completa, con su fuente de alimentación, variómetro, caja de conexiones, micrófono, auricular, cables y conectores que fue instalada en la parte trasera del jeep. De moverlo se encargó nuestro amigo José Félix Vilariño, que hizo todos los traslados diligentemente gracias a la ayuda prestada por Txema Sagastizabal, un mecánico vizcaíno muy conocido por su afición a estos modelos, que nos cedió remolque, vehículo tractor y una rueda de repuesto original.

Operación Market Garden recreación histórica José María Irala Vara

Escenografía de la Operación Market Garden para el Fighting Basques Project. © José Pablo Pérez Gutiérrez, Alma & You

El trabajo de los recreadores –un total de ocho participaron en la sesión– fue extraordinario y muy estimulante para todo el equipo, y ofreció el resultado que puede verse en las fotografías; de los tres civiles se encargaron Raquel Rodríguez, Beatriz Gabriel y Raúl Lozano, que compusieron personajes con trajes y vestidos de época y muchísimos aportes personales. Emilio Pirla, de la conocida Sombrerería Gorostiaga (Bilbao), nos cedió amablemente algunos sombreros Fedora, un modelo muy usado durante la primera mitad del siglo XX, y boinas de mujer. De los personajes del jeep del escuadrón de reconocimiento de Irala se encargaron Igor Jubindo (teniente), Eder Artal (conductor), Eneko Tabernilla (trooper) e Iñaki Peña (operador de radio). Llevaban reproducciones del uniforme battle dress con el tono del paño del final de la guerra en Europa, además de chaquetas sobretodo “Denison” fabricadas por Kay Canvas, lo que garantiza la fidelidad de estas reproducciones, y equipo completo de paracaidista británico: casco, correaje “blanqueado” o tintado al estándar KG3, polainas, botas ammo boots, boina en color maroon (granate) con la insignia del Cuerpo de Reconocimiento, etc. Javier Petuya compuso a un suboficial alemán que captura a un grupo de paracaidistas británicos vistiendo una combinación de guerrera en color Feldgrau y pantalones de camuflaje Dot 44 que era muy común entre las tropas de las SS durante la batalla. Para obtener este resultado fue muy importante la colaboración de reconocidos fabricantes de atrezo británicos expertos en la Segunda Guerra Mundial, como Colin Hodgson (Relics) o Warren Reynolds (Shoot and Scoot-Airsoft Customs), y la ayuda de los profesionales con los que trabajamos habitualmente como la Academia de Corte y Confección Ana (Trapagaran) y Ancor Zapatería (Ortuella). La lista de amigos que nos dejaron cosas sería larguísima, como Ricardo Fernández Munilla o el propio Igor Jubindo. De coordinar a tanta buena gente se encargó un servidor, que contó con la ayuda de nuestros amigos Iñigo Artal y Raquel Llano, siempre atentos a cualquier necesidad que pudiéramos tener.

Mención aparte merece nuestro fotógrafo, José Pablo Pérez Gutiérrez, de Alma & You Photography, con el que hemos colaborado en varias ocasiones y que siempre se adapta a cada escenografía con su estilo colorido y personal. La elección de artistas como Pablo ha sido siempre una premisa desde el nacimiento del Fighting Basques, pues de todas las fotografías solo se seleccionan unas pocas, ya que creemos que no todo es válido en recreación. Pablo se suma así a otros como Jesús Valbuena, José Luis Revuelta, Carlos Luengo, Jesús Quintero, Sergi Suhigarai, David Martín, Wais Sverus y otros que, además de aportar su propia visión del mundo y su experiencia, nos han permitido crecer como proyecto, acompañándonos en un camino que dependerá de nuestra propia capacidad de mantener en el tiempo este esfuerzo de reconstrucción que, a punto de cumplir los cinco años, esperamos sea de su agrado.

Galería de fotos

Todas las imagenes © José Pablo Pérez Gutiérrez, Alma & You

Guillermo Tabernilla, investigador y fundador de la Asociación Sancho de Beurko, dirigió el catálogo del «Cinturón de Hierro» para la Dirección de Patrimonio del Gobierno vasco y es, junto con Pedro J. Oiarzabal, investigador principal del Fighting Basques Project, un proyecto de memoria sobre los vascos en la Segunda Guerra Mundial en colaboración con Memoria Bizia y la North American Basque Organizations (NABO). Especialista en historia militar y familiar, sus últimas investigaciones examinan las comunidades de la diáspora en busca de veteranos vascos. Como comunicador y experto en recreación histórica y escenografía, ha participado en programas de radio y televisión, cortometrajes, documentales, exposiciones, etc. Entre sus libros figuran Saibigain, el monte de la sangre (2002), El Cuerpo Disciplinario de Euzkadi (2004), Un miliciano de la UGT (2006), El frente de Álava, 1.ª Parte, del 18 de julio a la batalla de Villarreal (2006), Cecilia G. de Guilarte, reporter de la CNT (2007), Los soviéticos en el Gobierno Provisional de Euzkadi (2012) y El informe de la República por la pérdida del frente norte (2013) y Combatientes vascos en la Segunda Guerra Mundial (2018).

Notas

(1) Raposo, P. (2008): “Performando cultura: recreaciones históricas e interpretaciones patrimoniales”, en Pereiro, X.; Prado, S.; Takenaka, H. (coords.): Patrimonios culturales: educación e interpretación. Cruzando límites y produciendo alternativas, 12. Donostia: Ankulegi Antropologia Elkartea, p. 77.

(2) Jose Maria Irala´s Army Service Record. Glasgow: Army Personnel Centre, Support Division Historical Disclosures.

(3) Ryan, C. (2005): Un puente lejano. Barcelona: Inédita, p. 122.

(4) En realidad, solo había una unidad acorazada en las inmediaciones, el ss-panzer-aufklärungs-abteilung 9, equipada con blindados ligeros pero con capacidad de sobra para aniquilar a los jeeps del escuadrón. Las fuerzas blindadas correspondientes a esas dos divisiones llegaron del exterior del área de Arnhem (Buckingham, W. F. (2019): Arnhem: The Complete Story of Operation Market Garden 17-25 September 1944.Gloucestershire: Amberley Publishing).

(5) Fairley, J. (1978): Remember Arnhem: The Story of the 1st Airborne Reconnaissance Squadron at Arnhem. Aldershot: Pegasus Journal, p. 119, citado en https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:F0nwDnitbLMJ:https://paradata.org.uk/people/jose-m-irala+&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=es.

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