A principios del siglo XI se produjo un hecho inusitado: la unión de los reinos de Dinamarca, Suecia, Noruega y Dinamarca en manos de un único gobernante, Canuto II o Canuto el Grande, que se convertiría en el gobernante más poderoso de la época en Europa del norte y central. Tal fue el poder de este nuevo Estado que entre los historiadores se ha venido a denominar Imperio del mar del Norte o Imperio angloescandinavo, y en gran medida se puede entender como la manifestación palpable del apogeo de la cultura vikinga. Paradójicamente, coincide también con el inicio del fin de lo que hoy denominamos la era vikinga, pues es por estas mismas fechas cuando el cristianismo termina por imponerse sobre la religión nórdica pagana –el propio Canuto era cristiano– y se consuma el establecimiento de la autoridad real en perjuicio de la nobleza tradicional. Un momento, en suma, en el que dos palabras por lo general antitéticas, transición y apogeo, se conjugan en un trepidante baile de sangre, intriga, guerra, poder y gloria.
Los últimos vikingos. Escandinavia antes de Canuto el Grande por Leszek Gardeła (Ludwig-Maximilians-Universität y Gerda Henkel Foundation)
A principios del primer milenio, las sociedades de Occidente experimentaron cambios profundos y significativos. Las estructuras tradicionales de poder se derrumbaban y transformaban, dando paso al surgimiento de nuevos señoríos y reinos. Este período decisivo de la historia marcó, además, un claro punto de inflexión en la expansión del cristianismo, que reformó de facto los cimientos de las antiguas cosmovisiones sociales. Y es precisamente en este dinámico y cambiante panorama donde debemos situar el ascenso de Canuto.
Vikingos en el Támesis. La conquista danesa de Inglaterra por Ryan Lavelle (University of Winchester)
En 1015, tras cruzar el mar del Norte desde Dinamarca, una flota vikinga arribó a la costa inglesa de Sandwich. Aunque durante los dos siglos anteriores barcos vikingos habían amenazado a los anglosajones, esto era mucho más que una simple correría. Canuto estaba decidido a la conquista.
La batalla de Assandun y el final de la era vikinga en Inglaterra por Kim Hjardar
En la noche del 2 al 3 de febrero de 1014, el rey danés Svend Barbapartida falleció inesperadamente en su base de Gainsborough, en la frontera entre Mercia y Northumbria, Inglaterra. Apenas habían pasado unas semanas desde que, en Nochevieja, fuera proclamado rey de Inglaterra. La muerte de Svend desencadenó un importante conflicto entre su hijo y heredero, Canuto, y el anciano rey anglosajón en el exilio, Etelredo II, y su hijo Edmundo Costado de Hierro (Ironside). Una lucha de poder que culminaría en la batalla de Assandun y que puso fin a la era vikinga en Inglaterra.
Una mortífera partida de ajedrez. La rebelión del jarl Ulf Thorgilsson por Jakub Morawiec (Uniwersytet Śląski w Katowicach)
El jarl (título de la alta nobleza vikinga) Ulf Thorgilsson pertenecía a la principal familia aristocrática danesa del siglo XI. Su padre, Thorgils Rompepiernas, apoyó tanto a Svend Barbapartida como a su hijo Canuto en sus campañas militares en Inglaterra. Ulf fortaleció sus lazos familiares con la dinastía Jelling al casarse con Astrid, hermana de Canuto. Como cuñado, fue uno de los seguidores más fieles del rey de Inglaterra y Dinamarca, pero su prolífica carrera se vio abruptamente interrumpida en 1026 cuando decidió rebelarse contra Canuto, y fracasó. A pesar de ser agnados, su cuñado el rey ordenó darle muerte.
La conquista de Noruega por Timothy Bolton
En 1028 Canuto no conquistó Noruega como Guillermo de Normandía haría más tarde con Inglaterra en 1066. No hubo una invasión militar con grandes efectivos de tropas terrestres ni asedios a fortalezas, y no se nombraron posteriormente gobernadores locales ni cuerpos de funcionarios en las regiones para mantener a raya a la población local. Nada de esto sucedió aquí. En su lugar, Noruega cayó en poder de Canuto de forma gradual, dentro de una serie de actos solo en parte intencionados. Además, el gobierno de Noruega era muy distinto al de los otros reinos de Canuto, y el poder era mucho menos estable allí, debido en parte a la naturaleza de la autoridad real y la sociedad en la propia Noruega medieval, y también a la forma en que Canuto accedió al trono de estas regiones.
Hermanos de navío. Organización, armamento y tácticas de las huestes danesas por Gareth Williams
Aunque Canuto también es conocido por sus logros no militares, su carrera se define en cierta medida por su éxito en la guerra, desde sus campañas en Inglaterra –inicialmente dirigidas por su padre, Svend Barbapartida, y luego asumidas por él mismo– hasta la conquista y asimilación de Noruega. En consecuencia, la cuestión del carácter de sus ejércitos ha atraído, como era de esperar, la atención académica y también cierto debate, en particular acerca de la cuestión de si su ejército estaba compuesto por levas, por un séquito personal o por una combinación de ambas cosas.
Poetas guerreros. Los escaldos de Canuto por Richard North (University College London)
Para los escandinavos medievales, cada poema escáldico (skald) era compuesto para una ocasión particular. Los escaldos eran versificadores profesionales que deambulaban de una corte nórdica a otra. A menudo los reyes y condes pagaban generosamente a los escaldos a cambio de la composición de un drápa (“panegírico”), que no solo les sirviera para difundir su propaganda por todas las cortes escandinavas rivales, sino también para garantizar su legado en las generaciones venideras.
Madurez y ocaso de un príncipe. Los últimos años del reinado de Canuto por Timothy Bolton
Tras doce años de gobierno caracterizados por una actividad casi constante y frenética en Inglaterra y Escandinavia, el regreso de Canuto de la coronación imperial en Roma y la supresión de la oposición a su régimen en Dinamarca y Noruega marcó el comienzo de los años de madurez, relativamente tranquilos, de su reinado. Fue en este período cuando Canuto el Grande vio los frutos de las semillas políticas y sociales que había sembrado en los años anteriores.